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Ectoparásitos y Enfermedades Vectoriales

1. Leishmaniosis:

 

¿QUÉ ES UN FLEBOTOMO O MOSQUITO

TRANSMISOR DE LA LEISHMANIOSIS?

 

Los flebotomos son insectos parecidos a los mosquitos. Muchas veces se les denomina "mosquitos" por su parecido físico, sin embargo son sólamente parientes cercanos: mucho más pequeños, silenciosos y con un estilo de vida diferente, perfectamente adaptados  al clima mediterráneo durante todo el año.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿DÓNDE HABITAN?

 

Crían en lugares oscuros y húmedos llenos de restos de materia orgánica, como restos de poda, escombros,etc.

Sólamente las hembras se alimentan de sangre de sus hospedadores para poder desarrollar y poner sus huevos. Éstas, una vez que han picado, se ocultan incluso dentro de las habitaciones, detrás de cuadros, muebles, etc. para realizar la digestión de la sangre. Luego saldrán al exterior para la puesta de los huevos.

 

¿CÓMO LLEGAN A TU PERRO?

 

Los adultos pueden volar varios kilómetros de distancia, ayudados por el viento, hacia lugares donde las condiciones ambientales son adecuadas y hay perros de los que alimentarse. También les atrae la luz. Eso hace que estén muy asociados a las viviendas y que el riesgo de picar sea muy alto en el interior de las casas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Suelen volar al atardecer y de noche, entre mayo y octubre, cuando las temperaturas y la humedad son óptimas para su ciclo vital. En las zonas cálidas de nuestra geografía están presentes todo el año.

 

En España, existen dos picos de máximo riesgo donde hay más cantidad de hembras ingiriendo sangre: junio y septiembre-octubre, aunque el cambio climático lo está extendiendo a otras zonas geográficas y está alargando los meses en los que el flebotomo es más activo.

 

¿QUÉ LESIONES PUEDEN CAUSAR A TU PERRO?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La picadura por sí misma no es un problema para tu perro. El daño más importante es la transmisión de la leishmaniosis. Llega a nuestros perros a través de la picadura del flebotomo, quién lo “traslada” de un animal a otro en su aparato bucal. Cuando el flebotomo ingiere sangre de un perro infectado se “carga” de parásitos y los transmite a un nuevo hospedador cuando le pica. Una vez entra en el torrente sanguíneo de un perro se instala en las células causando daños en los tejidos afectados.

 

La variedad de síntomas es tan grande como órganos pueden verse afectados, es decir, innumerable. Puede producir lesiones de piel, alteraciones oculares, artritis, adelgazamiento, o problemas orgánicos graves si se ven afectados órganos vitales como el hígado o los riñones. Una vez que un perro se infecta con leishmaniosis será portador de la enfermedad durante toda su vida.

 

¿CÓMO PREVENIR?

 

La leishmaniosis es una enfermedad endémica en nuestro país, lo que significa que es muy frecuente. Con el cambio climático, la vida del insecto transmisor de este parásito, el flebotomo, se ha prolongado, por lo que el riesgo de infección es un hecho real durante prácticamente todo el año. Para prevenir recomendamos dos frentes:

1. PREVENIR EL CONTAGIO (PICADURA DEL FLEBOTOMO): 

utilización de productos repelentes (collares, pipetas) siempre veterinarios y probados científicamente. La recomendación es proteger a partir de 16-17ºC de temperatura ambiental, por eso hay que tener mucho cuidado con los otoños e inviernos en los que algunos días o semanas pasan de dicha franja. 

2. PREVENIR EL DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD:

Si a pesar de las medidas tu perro fuese contagiado (ya que ninguna protección abarca más del 90-95%) se trata de que sea capaz de no desarrollar la enfermedad. Actualmente la recomendación para ello es la vacunación anual y el uso de un jarabe oral: Leisguard. 

En todos los casos (excepto los perros ya positivos) recomendamos realizar un test en invierno para detectar anticuerpos de manera temprana, independientemente de si hay síntomas compatibles o si se le ha protegido o vacunado. 

 

¿SABÍAS QUÉ…?

 

La leishmaniosis es una enfermedad zoonótica, es decir, puede afectar a las personas si un flebotomo infectado con Leishmania les pica y les transmite el parásito. Esto puede ocurrir independientemente de que el afectado tenga o no perros en su casa, aunque el riesgo aumenta teniendo cerca perros no protegidos o contagiados sin tratamiento. la leishmaniosis no se transmite por contacto directo de persona a persona o de animal a persona, sino que siempre tiene que haber un vector (insecto transmisor), que será el que pique y la transmita. Existen dos formas clínicas de leishmaniosis en humanos: cutánea y visceral, siendo esta última más grave al afectar a los órganos internos. No obstante, en España la leishmaniosis no es una enfermedad frecuente en personas.

 

 

2. Pulgas:

 

Seguimos con nuestro interés por combatir los parásitos extrenos, hoy hablamos de LAS PULGAS:

 

Las pulgas son pequeños insectos de color marrón oscuro que pueden llegar a medir hasta 3 milímetros de largo. Tienen el cuerpo aplanado lateralmente para poder desplazarse entre el pelaje de sus hospedadores, un aparato bucal perfectamente adaptado para succionar sangre y unas potentes patas traseras que les permiten saltar sobre sus hospedadores para alimentarse de ellos.

 

Aunque existen muchas especies de pulgas en todo el mundo, la más frecuente en nuestros perros es la llamada Ctenocephalides felis que, a pesar de su nombre, no sólo parasita a los gatos sino también a perros e incluso personas.

 

Las pulgas adultas se alimentan de sangre de aves y mamíferos, por lo que su presencia es bastante frecuente en animales de compañía, ya sean perros, gatos o pequeños roedores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿COMO LLEGAN HASTA TU PERRO?

 

Aunque el contagio directo entre perros es posible (por pulgas que saltan de un perro a otro), lo más frecuente es que tu perro se contagie en zonas infectadas con fases juveniles de las pulgas.

 

Las pulgas adultas se reproducen sobre la piel del perro poniendo una media de 20 huevos diarios cada una, que caerán al suelo para completar su ciclo biológico (huevo-larva-pupa-pulga adulta). Estos huevos pueden encontrarse en cualquier parte donde ande el perro, pero la mayoría de ellos caerán en los sitios que frecuenta más como su cama, las alfombras, el sofá, etc. Estos son lugares donde se dan las condiciones adecuadas de temperatura y humedad para que las pulgas completen su ciclo vital en pocos días.

Si no se hace una correcta prevención, rápidamente pueden aparecer plagas de pulgas en casa y, si esto ocurre, será muy complicado eliminarlas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿QUE LE PUEDE PASAR A MI PERRO?

 

Irritación e inflamación: por su movimiento sobre la piel y por las heridas al succionar sangre.

 

Dermatitis Alérgica por la Picadura de Pulga (DAPP): en algunos perros, el contacto con la saliva de la pulga produce una reacción alérgica que causa un intenso picor. Al lamerse o rascarse, la piel se inflama y se producen lesiones inflamatorias (dermatitis) y alopecias.

 

Anemia por ingestión de sangre: En infestaciones masivas, la cantidad de sangre ingerida puede ser muy grande, provocando una anemia de gravedad variable al hospedador.

 

Transmisión de parásitos intestinales: como Dipylidium caninum, el gusano plano más frecuente de los gatos.

 

¿CÓMO PREVENIR? ¿Y SI YA TIENE PULGAS?

 

Lo más importante es prevenir la picadura, porque si lo hacen pueden transmitir Dipylidium, ocasionar DAPP, etc. por lo que es importante utilizar antiparasitarios externos de forma habitual.

 

En caso de infestación por pulgas, debes tratar no solamente el animal sino también su entorno. Ademas de aplicar el antiparasitario externo  todos los meses,debemos aspirar alfombras, suelos de madera, fundas de sofá y la cama del perro o gato, varias veces por semana durante algunos meses.

 

2. Garrapatas:

 

Las garrapatas son pequeños arácnidos que parasitan distintas especies animales, entre ellas los perros. Se alimentan de sangre de sus hospedadores, para lo que cuentan con un aparato bucal especial, con ganchos, que les permite perforar la piel del hospedador, adherirse fuertemente a ella y succionar sangre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pueden medir desde unos pocos milímetros hasta más de  1 centímetro de largo, según la especie y su estado de desarrollo. El contagio de un perro con garrapatas se produce cuando entra en contacto con un ambiente infestado por estos parásitos. Las garrapatas, que estaban escondidas entre las hierbas, rocas o arbustos, detectan la presencia de un hospedador y se suben a él cuando se les acerca.

Sin embargo, la garrapata más común que puede afectar a tu perro, Rhipicephalus sanguineus, ha adaptado su modo de vida al de su hospedador, siendo la única especie de garrapata que puede completar su ciclo vital en el interior de una casa, es capaz de reproducirse, alimentarse y multiplicarse durante todos los meses del año a costa de nuestro perro.

 

¿QUÉ DAÑOS PUEDEN CAUSAR A TU PERRO?

 

Lesiones dermatológicas: el anclaje de la garrapata en la piel de su hospedador produce un punto de inflamación leve que no suele ser un problema. Si al tratar de extraer el parásito no lo hacemos de forma correcta es posible que el aparato bucal de la garrapata quede adherida a la piel y produzca quistes que pueden inflamarse e infectarse.

 

Anemia: cuando la infestación por garrapatas es intensa y prolongada, la gran cantidad de sangre ingerida por estas, puede provocar anemia en su hospedador.

 

Contagio de enfermedades graves: uno de los motivos más importantes por los que debemos evitar la picadura de las garrapatas, es la capacidad que tienen de transmitir diferentes enfermedades bacterianas o parasitarias que pueden ser graves e inclusos mortales para nuestros perros, como la erlichiosis, enfermedad de Lyme, anaplasma, babesiosis...

 

Para evitar sus efectos dañinos es muy importante prevenir su picadura. Para ello, debemos utilizar productos repelentes adecuados que, además, puedan eliminar las garrapatas sin necesidad de que piquen. Es conveniente proteger todo el año, ya que estos animales pueden aparecer también en los meses fríos si las condiciones son adecuadas. Si disponemos de zonas ajardinadas en casa debemos tratarlas con productos insecticidas específicos que no dañen el medio ambiente, limpiar los restos de hojas, desherbar rincones y podar arbustos.

Si paseamos nuestro perro por una zona verde, debemos asegurarnos que está libre de garrapatas cuando acabe el paseo.

 

Si quieres conocer la incidencia de este parásito en tu zona puedes consultar el siguiente enlace:

 

http://www.fleatickrisk.com/  

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